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LA SOCIEDAD
Jesús vivió en familia, Jesús vivió en “una” sociedad. Colaboró en lo colaborable y seguro que siempre dijo la verdad y denunció lo que no era correcto. En un pueblo judío rural cuánta pobreza, cuántas necesidades de escucha y comprensión, cuánto chismorreo debió soportar la familia de José. Los clientes del carpintero y los maestros, los amigos, los vecinos y conocidos ¿Cómo interpretaban aquella familia humilde, creyente, serena, alegre y equilibrada..? ¿Será posible en un futuro que sobrepase las limitaciones del tiempo, ver, como en una película, lo que pasó aquellos años en Nazaret? ¡Suerte que Dios nos ha dado imaginación! Por ahora sólo podemos “suponer” pero no tenemos un Power Point real.
La sociedad es el resultado de todos los individuos que la forman. Unos elementos influyen más que otros en el cómputo global. La Sociedad, como ente jurídico, tiene sus nornas, sus tradiciones, sus costumbres, su riqueza, sus problemas..:Son la suma y resultado de las decisiones de las personas que han formado esta sociedad, generación tras generación. Todas y cada una de las decisiones de los indivíduos no caen en el vacío. Todas tienen una trascendencia personal, familiar, social. Cada decisión de hoy repercute sobre las situaciones de mañana, que a su vez, evocan nuevas decisiones. Si hoy tomo una decisión A y dejo la B, no sabré nunca lo que ésta hubiera desencadenado en un futuro próximo o lejano. Sí, constataré los resultados de lo que decidí. Pero nunca de lo que rechacé.
Dios no quiere que hagamos el mal, ni que nos llegue el mal, pero respeta nuestra libertad y la de cada ser humano. Y el bien o el mal que nos alcanza es la consecuencia de múltiples decisiones de personas próximas o lejanas en el tiempo y en el espacio. Además estamos inmersos en el encadenamiento de las leyes naturales que nos ayudan o atacan. ¿Cómo las aceptamos?.
También la familia de Nazaret estaba en el remolino de decisiones humanas y leyes naturales. Pero Ella es Nuestro Modelo porque sufriendo en sus carnes enfermedades, frío, sed… incomprensiones, críticas, desprecios, ataques injustos… afrontaba con dignidad todos los problemas, porque libremente actuaba en la presencia de Dios y pedía su ayuda para elegir siempre la actitud que más agradaba a Dios y mejor favorecía al prójimo.
Enero 2009
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