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REFLEXIONES SOBRE LA ORACION

 

 

-  La oración es la relación de amistad entre dos personas: Dios y la criatura humana.

 

-  Dios toma la iniciativa en esta relación, pero no se impone. Espera amoroso nuestra libre respuesta; eso es, nuestro libre deseo o nuestra simple disposición.

 

-  La actitud de la criatura humana que mejor le cuadra es la actitud de Adoración. Todo el universo creado da gloria a Dios, por sólo existir. Los ángeles y nosotros somos los seres que tenemos consciencia de esta “misión” de dar gloria a Dios, nuestro Creador.

Por esto, nuestra función más primordial es la de adoración, que es la glorificación dada a Dios, de un modo consciente, por una criatura libre.

 

-  Nuestra respuesta, nuestra actitud de dejarse amar, arranca de nuestro acto de adoración, lleno de realismo, en el que reconocemos a Dios como Dios y nosotros como pequeñas criaturas; pero criaturas ricas, muy ricas, porque tenemos espíritu como Dios, y  vemos que esta extraordinaria riqueza también nos la ha regalado el Creador.

 

-   El sentimiento de gratitud, de sentirse “nada” por méritos propios, enciende el deseo de hablar, agradecer, pedir, alegrarse…”querer relacionarse” con este espléndido Dador.

 

-  Y el alma ya no tiene nada que pedir porque ya lo tiene todo, Ya ha visto quién es El y lo que ha recibido de El; ahora es Dios quien espera nuestra respuesta y nuestras libres decisiones. Porque como tenemos espíritu, somos libres. La libertad dada por Dios es respetada por El, y respeta también nuestras decisiones, de las que somos responsables. Con la ayuda de Dios decidamos siempre en la dirección que El espera.

 

-  Hay que perseverar en el mismo TEMA;

“El es Dios. Yo le puedo hablar porque tengo espíritu y libremente le reconozco, “acepto la amistad que me brinda y no quiero entorpecer su acción en mi”. (San Ignacio)

 

                                                                                              Abril 2014