LA ALIANZA R-45
“La alianza de Dios con la humanidad, con el hombre, es antigua, se remonta al misterio mismo de la creación”. Esta alianza culmina en Cristo, en su vida, pasión, muerte y resurrección: es la llamada de Dios al hombre invitándole a participar de la vida Divina.
Dios habla, Cristo es Su rostro, y “no cesa nunca de decir que Dios-Padre es absolutamente fiel a Su eterno amor por el hombre”, tanto, (1) hasta “dar a Su Hijo unigénito para que quien crea en El no muera eternamente, sino que tenga vida eterna.
Luego la Alianza y la venida de Cristo son iniciativas de Dios para que el ser humano pueda vivir eternamente con El. Es todo expresión del amor de Dios, del gran Amor Misericordioso. Dios se expresa amando. Es el amor y para con la humanidad este amor es necesariamente amor misericordioso, porque realmente millones de seres humanos le han amado y le aman; pero también millones se han revelado y no le aman.
La misericordia, el amor misericordioso, es necesario para que fructifique esta relación Dios-humanidad. Es, no solo necesario, es imprescindible, es la única clase de amor apto para mantener esta relación. Para ser fiel, Dios es misericordioso.
El hombre, por designio de Dios, es libre, es capaz de conocer, de elegir, de amar o no amar. El Hijo se hizo hombre para sufrir nuestros problemas y constató que sus hijos adoptivos eran débiles y dijo: “Padre, perdónales porque no saben lo que hacen”: El divino amor misericordioso se derrama sobre todos.
Agradezcamos La Alianza, es la expresión de la paternidad de Dios. Nos ama y pacta ayudarnos. Y los que creen en este amor misericordioso se reúnen y ayudan, formando multitud de comunidades que alaban y agradecen el amor misericordioso del Creador y esperan participar de Su vida divina.
Noviembre 2016
(1) Dives in Misericordia – San Juan Pablo II (1980)
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