MUCHEDUMBRE R-49 Cuando intento ponerme en la presencia de Dios, veo a Dios mirándome amorosamente. A mí y a todos y cada uno de los hombres que son imagen Suya, gracias a la creación del alma inmortal que nos ha sido donada.
Y entonces me quedo pasmada al constatar la enorme omnipotencia de Dios. Porque el resultado, a través de los siglos, es un “tumulto” enorme de seres creados y amados por Dios. El es fiel a todos y a cada uno. ¿Hay acaso expresión más extraordinaria de la capacidad omnipotente de Dios que la existencia de todos estos seres inmortales?
La humanidad, parte del universo, forma la enorme muchedumbre que describe el Apocalipsis: “Después miré y había una muchedumbre inmensa que nadie podía contar, de toda nación, raza, pueblos y lenguas, de pié delante del trono y del Cordero, vestidos con vestiduras blancas y con palmas en sus manos y gritaban con fuerte voz: La salvación es de nuestro Dios que está sentado en el trono y del Cordero. Y todos los ángeles que estaban en pié alrededor del trono se postraron delante del trono, rostro en tierra y adoraron a Dios diciendo: Amén, alabanza, gloria, sabiduría, acción de gracias, honor, poder y fuerza a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén.”
Realmente miles y miles de humanos han nacido y muerto, y muchos más nacerán y morirán: eso es, una enorme muchedumbre. Dios ha tenido y tiene capacidad para amar a cada uno y cada uno ha estado y estará en Su presencia.
Pidamos que por Su misericordia seamos de los que “vestidos de blanco” con los ángeles “Adoremos a Dios diciendo: amén, alabanza, gloria, sabiduría, acción de gracias, honor, poder y fuerza a nuestro Dios por los siglos de los siglos. Amén”
Eternamente formaremos una muchedumbre, una multitud, un tumulto ordenado, armonioso, hermoso y pacífico, luminoso…
Mayo 2019
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